Dietrich Bonhoeffer:
A cincuenta años
de su ejecución por el nazismo.
Poco antes de que la Segunda Guerra Mundial llegara a su fin, la madrugada del 9 de abril de 1945, fueron ahorcados en el campo de exterminio de Flossenbürg varios prisioneros alemanes involucrados en una conspiración para atentar contra la vida de Hitler. Uno de los ejecutados era pastor luterano y profesor de teología. Luego de su muerte la influencia de su pensamiento creció y se expandió mucho más allá de los límites de su patria. El siguiente artículo ofrece una breve reseña de su vida y de la opción que lo llevó a la muerte a los 39 años de edad.
Sobre finales de 1942 el pastor luterano alemán y profesor de teología Dietrich Bonhoeffer, reflexionando sobre la situación en la que se encontraban él, su hermano mayor Klaus Bonhoeffer, sus cuñados Hans von Dohnanyi y Rüdiger Schleicher y otros integrantes de un grupo involucrado en planes de resistencia y atentado contra Adolfo Hitler y la plana mayor del Tercer Reich nacionalsocialista, escribió lo siguiente:
«Sigue siendo una experiencia de incomparable valor que, por una vez, nosotros hayamos aprendido a ver los grandes acontecimientos de la historia mundial desde abajo, desde la perspectiva de los excluidos, sospechados, maltratados, impotentes, oprimidos y escarnecidos, en una palabra: los que sufren. Sólo importa que durante este tiempo ni la amargura ni la envidia hayan devorado el corazón, para poder mirar lo grande y lo pequeño, suerte y desgracia, poder y debilidad; y que nuestra mirada para la grandeza, la actitud humanitaria, el derecho y la misericordia se haya vuelto más clara, más libre, más incorruptible. Es importante que el sufrimiento, antes que nuestro éxito personal, sea una clave más útil, un principio más fructífero para la atenta y activa exploración del mundo. Es importante que esta perspectiva desde abajo no se transforme en un tomar partido por los eternos insatisfechos, sino que desde una serenidad más elevada, cuyo fundamento en realidad está más allá del arriba o el abajo, hagamos justicia a la vida en todas sus dimensiones, para de ese modo avalarla.» (1)
¿Quién era este pastor de la Iglesia Evangélica de la Antigua Unión Prusiana, que después de dos años en las cárceles del régimen nazi fue asesinado junto con algunos de sus compañeros en la resistencia, el 9 de abril de 1945, en el campo de exterminio de Flossenbürg?
De regreso en Berlín, a comienzos de 1929 se abocó a elaborar una segunda tesis académica en teología que lo habilitaría para la docencia universitaria. Terminada en apenas medio año, el 31 de julio de 1930 presentó su ponencia inaugural en la universidad, obteniendo así el permiso para enseñar. Paralelamente había cumplido ante la iglesia de la provincia Berlín-Brandeburgo los requisitos para la ordenación al pastorado. Sin embargo ésta debió posponerse por no haber cumplido la edad mínima exigida (25 años).
Bonhoeffer aprovechó el compás de espera para hacer un viaje a los Estados Unidos, donde estudió en el Seminario Teológico Unido de Nueva York. Las estadías fuera de Alemania resultaron de gran importancia para él, ya que le ayudaron a ampliar su horizonte. Esto, junto a su paulatino acercamiento al naciente movimiento ecuménico, le permitió ver las cosas con una óptica menos estrecha que la de muchos de sus colegas alemanes.
Desde su elección como uno de los tres secretarios juveniles para Europa en la reunión de la Alianza Mundial para la cooperación fraterna entre las iglesias, en Cambridge (septiembre de 1931), Bonhoeffer participó activamente con ponencias en encuentros ecuménicos internacionales. A partir de 1932/33 abogó en ese ámbito por una iniciativa ecuménica que asegurara la paz mundial amenazada por el fascismo europeo.
En el semestre de invierno de 1931/32 comenzó su actividad como docente honorario en la Facultad de Teología de la Universidad de Berlín. El 11 de noviembre de 1931 fue ordenado pastor y se le encomendó impartir cursos de confirmación a un grupo de jóvenes en el barrio obrero berlinés de Wedding. Bonhoeffer asumió esa tarea con la misma dedicación que sus cursos en la Facultad de Teología.
La política del Tercer Reich hacia las iglesias regionales evangélicas también generó conflictos. Hitler quería un iglesia evangélica imperial unificada, en lugar de una serie de iglesias territoriales con sus respectivos gobiernos eclesiales. Dentro de las iglesias evangélicas el entusiasmo populista germánico suscitado por los nacionalsocialistas tomó forma en un Movimiento de Fe Cristianos Alemanes [Glaubensbewegung Deutsche Christen]. Ante la aceptación del criterio de discriminación de pastores cristianos de origen judío [Arierparagraph] dentro de la Iglesia Evangélica Prusiana Bonhoeffer decidió no aceptar el cargo pastoral que ésta le ofrecía en Berlín.
En una carta a su abuela de agosto de 1933 escribe: «Cada vez me resulta más claro que vamos a recibir una gran iglesia nacional y étnica, algo que el cristianismo en su esencia no tolera [...]. La cuestión en realidad es Germanismo o Cristianismo y cuanto antes surja a la luz este conflicto, tanto mejor. El intento de disimularlo es lo más peligroso.»
Sin embargo, su lucha dentro de la iglesia por lograr que sectores opuestos a los Cristianos Alemanes formularan tajante y críticamente una base confesional diferente y se opusieran a la cooptación de la iglesia por el poder político nazi no tuvo mucho eco. Frustrado y aislado decidió aceptar el pastorado de la comunidad de residentes alemanes en Londres, hacia donde partió en octubre de 1933.
En una carta al teólogo suizo Karl Barth, a quien admiraba, describió esa experiencia: «Sentía, sin poder comprenderlo, que me encontraba en una radical oposición contra todos mis amigos; mis opiniones sobre la cuestión me llevaban más y más al aislamiento, a pesar de que en lo personal mantenía una estrecha relación con esas personas.»
La lucha dentro de la iglesia evangélica se radicalizó. En mayo de 1934 (sínodos confesantes de Berlín-DahIem y Barmen-Gemarke) se perfiló el surgimiento de un movimiento de Iglesia Confesante, que en las iglesias evangélicas regionales intervenidas por el poder central hizo surgir órganos de liderazgo paralelos.
Bonhoeffer la definía así: «La Iglesia Confesante no confiesa en abstracto, no confiesa contra los anglicanos o las iglesias libres, en este momento ni siquiera confiesa contra Roma, ni hablar que el luterano confiese contra los reformados, sino que confiesa de manera concretísima contra la iglesia teuto-cristiana y contra la nueva idolatría pagana a las creaturas; para la Iglesia Confesante el anticristo no está en Roma, o en Ginebra, sino en la Administración Eclesial Imperial en Berlín.» (2)
Así se formó la Liga de Emergencia de Pastores [Pfarrernotbund] y los Consejos Fraternos [Brüderräte]. Una de las tareas más importantes que debían enfrentar era la formación práctica para el pastorado de los jóvenes teólogos que habían terminado sus estudios en la facultad. Para ello tradicionalmente las iglesias evangélicas tenían Seminarios para Predicadores [Predigerseminare]. Como varios de ellos se habían plegado a la línea eclesial oficialista, los Consejos Fraternos decidieron crear nuevos seminarios para formar allí una resistencia de jóvenes pastores confesantes. Para dirigir uno de estos Seminarios de Predicadores se lo llamó a Bonhoeffer desde Londres a comienzos de 1935. Las tareas eran sostenidas con donaciones de congregaciones fieles al movimiento de la Iglesia Confesante.
El 26 de abril de 1935 Bonhoeffer inició el trabajo con la primera promoción en Zingst (Pomerania) y en junio de ese año se trasladaron a Finkenwalde (cerca de Stettin). En el marco de esos cursos, que buscaban preparar a los jóvenes teólogos para la práctica del ministerio pastoral, Bonhoeffer comenzó a ensayar un modelo de vida comunitaria inspirado en el orden que regula la vida monástica anglicana. La espiritualidad, la reflexión teológica, la interpretación de la Biblia a la luz de la realidad política, la convivencia fraterna, todo servía para consolidar nuevos grupos eclesiales de resistencia crítica ante el avasallamiento de la autonomía de la iglesia evangélica por parte del estado nacionalsocialista en complicidad con los grupos teuto-evangélicos.
En agosto de 1936 el Ministerio de Cultos le suspendió a Bonhoeffer el permiso para dictar cursos en la universidad, y en 1938 fue separado de su cargo docente. El Seminario de Predicadores en Finkenwalde, en el que se formaban diez cursos consecutivos, fue clausurado por la policía en octubre de 1937. A pesar del edicto de Himmler (septiembre de 1937) que prohibía a la Iglesia Confesante continuar con la formación de sus pastores, la tarea siguió entre 1938 y 1940 bajo la forma de Vicariatos Congregados [Sammelvikariate] en Pomerania Ulterior, en cercanías de Kóslin y Schlawe.
Bonhoeffer volcó esas experiencias de formación teológica y pastoral para una iglesia confesante y combativa en dos obras muy importantes: Seguimiento [Nachfolge, noviembre de 1937] y Vida en Comunidad [Gemeinsames Leben, septiembre 1938; publicado en 1939]. En el correr de 1940/41 su situación se complicó porque las autoridades le impusieron sucesivamente la prohibición de expresarse (septiembre 1940) y de imprimir o publicar (marzo 1941).
Hacerse astillas
A través de su cuñado, el abogado Hans von Dohnanyi —consejero en el Tribunal Supremo del Reich— ya en febrero de 1938 Bonhoeffer tomó conocimiento de planes para derribar a Hitier. Ante la posibilidad de ser incorporado al ejército —por la guerra en ciernes— trató de obtener de la dirigencia provisional de su iglesia encargos para tareas ecuménicas. En junio de 1939 pasó un mes en Nueva York, pero sin decidirse a aceptar un cargo docente que se le ofrecía allí. Regresó a Alemania y recibió de la Iglesia Confesante el encargo de realizar tareas de visitación a congregaciones en Prusia oriental.
Para ese entonces estaba involucrado con el grupo del general Hans Oster, Hans von Dohnanyi y Josef Müller, quienes planeaban un atentado contra Hitler para evitar una guerra en el frente occidental. En octubre de 1940 Bonhoeffer decidió entrar al servicio del Departamento de Contraespionaje Militar del ejército alemán, comandado por el almirante Wilheim Canaris. Desde esa oficina se gestaban planes de golpe contra Hitler y se buscaba establecer contactos con personalidades de las potencias aliadas. Para ello servían los contactos y viajes ecuménicos que Bonhoeffer podía realizar al exterior como agente del servicio de contrainteligencia del ejército. Pero después de los fallidos atentados contra Hitler durante su visita al frente Ruso —entre el 13 y 21 de marzo de 1943— el 5 de abril también fueron detenidos von Dohnanyi, Müller y Bonhoeffer, acusados de disgregación de las fuerzas armadas.
Desde ese momento hasta su ejecución, Bonhoeffer permaneció en prisión, tiempo que aprovechó creativamente para la I reflexión teológica, gran parte de la cual hizo llegar a su círculo de amigos en Cartas desde la Prisión. La situación carcelaria se volvió más dura después del fracasado atentado contra Hitler del 20 de julio de 1944, llevado a cabo por el coronel Claus Schenk, conde von Stauffenberg. Las frenéticas investigaciones posteriores al atentado lograron dar con materiales incriminatorios que conectaban a Bonhoeffer, a su hermano Klaus y a otro de sus cuñados (Rüdiger Schleicher) con el grupo conspirador nucleado en torno a Canaris.
El 8 de octubre de ese mismo año fue trasladado a una cárcel de seguridad de la Gestapo y así terminó casi todo contacto con el mundo exterior. Después del fallo condenando a muerte a su hermano Klaus y su cuñado Schleicher, fue transferido al campo de exterminio Buchenwald (cerca de Weimar). A comienzos de abril de 1945 —ante el avance del frente aliado— fue trasladado al campo de exterminio de Flossenbürg. Allí tuvo lugar un brevísimo juicio sumario que condenó a muerte al almirante Wilhelm Canaris, al general Hans Oster, al juez militar Karl Sack, al abogado Theodor Strünck, al capitán Ludwig Gehre y al pastor Dietrich Bonhoeffer.
En la madrugada del 9 de abril de 1945 fue ejecutada la sentencia. Los condenados fueron ahorcados con finas cuerdas de piano, para hacer más lenta y dolorosa la asfixia. Casi al mismo tiempo era ejecutado en Berlín el cuñado Hans von Dohnanyi y pocos días más tarde, en el campo de exterminio Sachsenhausen, fueron asesinados Klaus Bonhoeffer y Rüdiger Schleicher.
Dos textos de Bonhoeffer quizás sirvan para iluminar los puntos de referencia que permiten entender la dramática opción que, como cristiano, realizó ante el terrorismo genocida del régimen nazi-fascista del Tercer Reich. En su ensayo de 1933, donde cuestiona la discriminación que las leyes del estado hitlerista ejercen contra la población judía, dice lo siguiente en cuanto a la opción más radical que el cristiano puede asumir ante un Estado que ejerce ilegal violencia sobre sus ciudadanos:
«La Iglesia tiene un compromiso ineludible para con las víctimas de cualquier orden social, incluso cuando no forman parte de la comunidad cristiana [...]. La tercer posibilidad [de enfrentar el accionar ilegal del Estado] consiste no sólo en brindarle asistencia a las víctimas que caen bajo la rueda, sino en atravesársele ella misma entre los rayos [dem Rad selbst in die Speichen fallen]» (3).
Esa opción, en el caso de Bonhoeffer, siempre estuvo contenida por una profunda confianza y fe en Dios. A fines de 1944, en un último poema que envía a su madre y a su novia María von Wedemayer, describe esa confianza con las palabras siguientes:
Rodeado, leal y serenamente, por poderes buenos,
maravillosamente consolado y protegido,
así quiero vivir estos días con ustedes
y acompañarlos caminando a un año nuevo.
[...]
Protegido maravillosamente por poderes buenos,
esperamos confiados lo que pueda ocurrir.
Dios está con nosotros al atardecer y cuando amanece
y con toda seguridad en cada nuevo día.
NOTAS
(1) Eberhard Bethge (editor): Dietrich Bonhoeffer. Gesammelte Schriften. Tomo II, Munich 1959; pag. 441 (todas las traducciones son del autor).
(2) “Die Bekennende Kirche und die Ökumene" (= La Iglesia Confesante y la ecumene), agosto 1935, en: Gesammelte Schriften, Tomo I, pág. 253 y siguientes.
(3) "Die Kirche vor der Judenfrage" (= La Iglesia ante la cuestión judia), abril 1933,
publicado originalmente en:
Revista Parroquial (de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata) Año 100 / Número 10 (octubre 1995) 8-12
publicado también en la la revista:
Encuentro y Fe (del Centro Unido de Educación Cristiana/ Buenos Aires) octubre/noviembre 1995.
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